lunes, 28 de febrero de 2011

gEoGRaFIA dEl siGLO XXI

La geografía es una ciencia antigua, cuya continuidad se aseguró en el XIX en relación con su papel en la enseñanza, a la vez que se configuraba como una disciplina científica. Como tal disciplina se puede identificar a partir de dos dimensiones características: como una estructura social, con la existencia de una comunidad científica estructurada; y como una empresa intelectual definida por el estudio de dos problemas clave, a saber: la diferenciación del espacio en la superficie terrestre y el estudio de la interacción de fenómenos físicos y humanos, de las relaciones hombre-naturaleza.

Esos dos problemas clave de la geografía tal como se definieron durante el siglo XIX deben seguir estando presentes en el trabajo de los geógrafos, sobre todo en un momento en que la sociedad parece necesitar estudios sobre ellos.

La geografía es también una disciplina muy dinámica que ha experimentado cambios importantes a lo largo del siglo XX, y especialmente a partir de la década de 1950. Ello ha introducido diferentes tradiciones y aproximaciones a los objetos de estudio.

En estos momentos podemos ser conscientes de las posibilidades y problemas que ofrece tanto la aproximación neopositivista, que pone énfasis en la unidad de la ciencia y del método científico, las leyes generales, la predicción o la formalización, como la historicista, que pone énfasis en la diferencia entre ciencias naturales y sociales, en la libertad, la complejidad, la singularidad, la historicidad. Por eso hoy, a mediados de los 90, podemos desarrollar tanto una geografía en la línea de la geografía cuantitativa, como en la de la historicista. El nuevo auge de ésta ha permitido redescubrir la importancia del estudio regional, en las "nuevas geografías regionales" que se proponen.

El hombre y el medio modificado.

Junto a las ya estudiadas transformaciones del medio por parte del hombre hemos de hacer hincapié en las consecuencias que el mismo hombre provoca en el medio por él creado.
Clima, ruido, contaminación, tensiones de la vida cotidiana (stress), escasez del ejercicio físico contribuyen a cambiar la patología de los habitantes de la ciudad, siendo la fatiga y el cansancio uno de sus principales características.
También la situación histórica dada contribuye a la adaptación del hombre al medio. Uno de los múltiples ejemplos que lo reflejan es el de las colectividades cristianas expulsadas por los turcos a las montañas, hasta entonces un medio desconocido. El llano, más insalubre fue ocupado por los grandes terratenien­tes turcos.
Otras veces, sin embargo, no existe la adaptación al medio natural como es el caso de los habitantes del Punjab (India) que dejan en barbecho los campos en época de lluvias, cuando obtendrían mayores beneficios que cultivándolos en la estación seca. En este caso ha primado más la tradición cultural que la presión climática.

   El espacio geográfico es un espacio percibido y sentido.

El espacio geográfico tiene diversas formas de ser percibido, según sea su tipo (del espacio geográfico), el tiempo y el lugar donde esté situado y el grupo humano que lo habite.
Así se ha querido en las grandes montañas la residencia de los dioses (el Olimpo griego y el Anapurna del Nepal). El agua, elemento sagrado, se ha querido ver como un símbolo de pureza, limpieza. Los indios californianos tenían las cosas muy claras respecto a "su" territorio, en el cual cazaban, pescaban y recolectaban. Todo cuanto había en él les pertenecía.
Esta forma de entender el espacio queda rota con la colonización al unir en un mismo conjunto pedazos de territorios diferentes (coloni­zación africana).


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